Las estrategias son los métodos que utilizamos para hacer algo. Si tengo que, por ejemplo, tirar una pared, puedo utilizar distintos sistemas: darle golpes con la cabeza, o darle golpes con un martillo, o llamar a un albañil profesional, por mencionar unos pocos.
No se tarda lo mismo en tirar una pared a cabezazos que con un martillo
neumático. Los resultados que obtenga, e incluso mi bienestar, dependerán en
gran medida de que sepa elegir el método más eficaz para cada tarea. Un
martillo neumático puede ser muy eficaz para tirar una pared, y un desastre si
lo que quiero es hacer un agujero para colgar un cuadro.
Cuando aprendemos algo también podemos elegir entre distintos métodos y
sistemas de aprender. Dependiendo de lo que queramos aprender nos interesará
utilizar unas estrategias y no otras. No existen estrategias buenas y malas en
sí mismas, pero sí estrategias adecuadas o inadecuadas para un contexto
determinado. Los resultados que obtenemos, lo bien o rápido que aprendemos
dependen en gran medida de saber elegir la estrategia adecuada para cada tarea.
La mayoría de las veces el trabajo en el aula consiste en explicar
conceptos, en dar información, y en hacer ejercicios para comprobar si esos
conceptos se entendieron. Muchas veces lo que no se explica ni se trabaja son
las distintas estrategias o métodos que los alumnos pueden emplear para
realizar un ejercicio o absorber una determinada información.
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