México, 20 May (Notimex).- Pese a la crisis económica, las familias mexicanas no han experimentado un cambio en la estructura del consumo que tenían sino que compran menos volúmenes de los mismos productos, señaló Felipe Torres Torres, experto de la UNAM.
El especialista del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) estimó que en los últimos dos años se reportó un deterioro del ingreso cercano a 30 por ciento.
En un comunicado, agregó que ello coincide con un repunte internacional en el precio de los principales cereales y una contracción económica interna que ha incidido en los niveles de desempleo.
Ante esa situación, comentó Torres Torres, las familias más pobres o en pobreza extrema han tenido que cambiar de hábitos alimentarios.
Refirió que en los dos últimos años se produjo un fuerte incremento en el costo de los alimentos básicos como aceite, cuya precio se elevó más de 100 por ciento, la carne y el pan 60 por ciento, al igual que la tortilla.
Tal repunte -combinado con un deterioro en el poder adquisitivo y la falta de ingresos- obliga a las familias a modificar hábitos, pues si en un hogar se compraban dos kilos de tortilla, ahora sólo es un kilo o kilo y medio.
Torres Torres consideró que el deterioro cada vez afecta a sectores más amplios de la población, pero la situación se agrava con las familias más pobres, que gastan casi 60 por ciento de sus ingresos en alimentos.
Explicó que antes las familias tenían la posibilidad de comprar carne, pero ahora ésta se ha convertido en un producto restringido, sobre todo para 50 por ciento de la población que padece pobreza o pobreza extrema.
Ahora debe sustituir ese producto por algún tipo de verdura, dependiendo de su costo, o por algunas proteínas de origen animal de menor calidad, como vísceras o embutidos, externó el especialista de la UNAM.
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